Desde los más remotos tiempos, en todos los actos mágicos, rituales esotéricos o religiosos que el hombre ha realizado, han habido unos componentes imprescindibles: los perfumes y las esencias.
Desde siempre los perfumes y las esencias poseen un valor esotérico característico.
La gente utiliza estos elementos, en la mayoría de los casos, sin saber la importancia mágica que tiene ese aroma que impregna su piel, y sin saber que ese perfume es portador de un poder oculto que puede actuar en sus vidas y es poseedor de una fuerza capaz de cambiarlas.
A lo largo de la historia miles de ritos de gran influencia espiritual han tenido, y hoy siguen teniendo, como elemento principal el perfume, el incienso; un aroma cuya presencia sirve para potenciar el rito entre asistentes y para abrir la mente a niveles de espiritualidad cerrados en nuestro mundo actual.
Los ritos de todas las religiones se valen del aroma, incluyendo el cristianismo que sigue utilizando incensarios en sus misas.
Los perfumes y los inciensos cumplen una importante acción en nuestra actividad mágica y esotérica, influyendo notablemente en aspectos tan relevantes para nuestras vidas como son el amor, el trabajo, la superación económica y la salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario